A los que, de adolescentes, nos tocó la condena de llevar brackets es normal que nos preocupe que nuestros pequeños tengan que pasar por ese mal trago. Por suerte, hoy en día, esto se puede evitar gracias a la ortodoncia infantil. Los tratamientos con ortodoncia infantil pueden reducir la necesidad futura del uso de aparatos dentales ortopédicos.
En Centro Médico Arboleda, a partir de los 7 años, podemos evaluar la posición de los dientes y de la mordida de tu hijo. Aprovechando que el cuerpo del niño está aún en formación, podemos usar tratamientos poco agresivos para prevenir la necesidad de aparatos ortopédicos o cirugías en el futuro.
¿Qué signos tenemos que tener en cuenta en un niño?
Observar su boca
Si Observamos que nuestro hijo tiene una cara más alargada de lo normal, los pómulos (mejillas) son planos, el mentón lo tiene un tanto hundido o la mandíbula es más estrecha de lo normal y no deja espacio suficiente para que se asienten todos los dientes definitivos. Si el niño tiende a tener la boca abierta, puede indicar que la lengua no esté asentada de manera correcta contra el paladar, que es la posición óptima que permite que la mandíbula se desarrolle correctamente y disponga del espacio suficiente para la dentadura definitiva.
Atender a su respiración
La respiración nasal es lo que estamos programados para hacer de forma natural, proporcionando aire filtrado, tibio y humedecido directamente a nuestros pulmones. La respiración bucal, por otro lado, viene con una gran cantidad de efectos adversos, incluida la falta de sueño (que a su vez puede afectar el comportamiento y el rendimiento académico), el desarrollo incorrecto de la mandíbula y una mordida abierta.
Fíjate en su barbilla
Observa la barbilla del niño e invítale a que junte los labios. Si puede ver o sentir que el músculo de la barbilla se mueve o se endurece, significa que están esforzándose para juntar los labios, lo que puede afectar el desarrollo de la mandíbula.
Mira sus labios
Pide a tu hijo que trague saliva con la boca cerrada (labios juntos); si esto hace que los labios se muevan, puede indicar que los dientes no están alineados correctamente. También podemos fijarnos en los dientes superiores, si estos descansan de manera natural sobre el labio apuntaría a una desalineación.
Si detectadas alguno de los signos anteriores, es recomendable que pidas consejo a tu dentista y que evalúen una posible ortodoncia infantil. Al realizar una valoración e intervención temprana a menudo podemos evitar la necesidad de tratamiento en los próximos años, dando a la adolescencia de tu hijo una cosa menos de la que preocuparse.